CUENTO 13. El Cuento de Nunca Acabar. Capitulo 3°.

 CUENTO   13
EL  CUENTO  DE  NUNCA  ACABAR 
CAPÍTULO  3°


Los jóvenes hijos de la Sra. Aurora tenían nombres de procedencia rusa, debido a que los antepasados del Dr. Rufino eran de ese país moscovita.  Se llamaban Iván y Stalin, eran bulliciosos y desordenados, además de ser muy mimados y malcriados por su madre.

Habían sido criados con presunción y arrogancia creyéndose los dueños del mundo.  No respetaban a sus mayores, en el Colegio faltaban el respeto hasta a sus profesores y ya les habían llamado la atención en numerosas ocasiones por ocasionar peleas y bulling entre sus compañeritos.  A pesar de su mal comportamiento no les expulsaban porque las contribuciones generosas del Dr. Rufino Palacios a la Institución representaba un ingreso importante para la puesta en marcha de muchos programas educativos.

Su madre nunca les castigaba, pasando por alto graves acusaciones de profesores y compañeros del Colegio.

Un día que el patio estaba desierto, los dos muchachos robaron la bandera que estaba izada, la doblaron, la metieron en una sustancia gelatinosa que encontraron en el laboratorio de química y le prendieron fuego.  Ése día  llegaron hasta los bomberos, las clases se suspendieron, los chicos gritaban asustados temiendo que explotara ése producto químico dentro de las aulas.

Los dos pillos corrieron a esconderse en el parque que quedaba al lado del Colegio, riéndose como si hubieran hecho una gracia.  De lejos observaban el barullo y el caos que habían creado.  No sentían ningún remordimiento por haber quemado casi la mitad del Laboratorio de Química que gracias a la intervención de los bomberos no se quemó completamente.

Hasta la policía llegó para hacer las averiguaciones pertinentes pero como no hubieron testigos nadie les pudo dar declaraciones sobre los hechos acontecidos en ése día.

Otro día se metieron en un depósito destinado para guardar las herramientas de jardinería.  Tomaron las tijeras podadoras, cortaron todos los arbustos con las hermosas flores que adornaban los jardines dejando solamente los troncos secos de las plantas.

Pero ninguna de las salvajadas que habían hecho se comparaba con una atrocidad que nadie en sus cinco sentidos podía imaginar que dos chicos adolescentes pudieran cometer.

En las instalaciones de tuberías de aguas negras, es decir, las tuberías que llevan todos los desechos de los baños, éstos malvados chicos colocaron antorchas encendidas para que al contacto con el fuego las tuberías se calentaran y explotaran.

Debido a que eran tuberías viejas y oxidadas, el fuego las terminaría de romper. Pero lo más grave iba a ocurrir porque éstos vándalos no sabían que los obreros del Colegio guardaban allí toneles de kerosene, combustible altamente explosivo.

Las llamas calentaron rápidamente las tuberías y parte del techo, los muchachos corrieron a la salida justo a tiempo en el momento que el fuego ya había alcanzado los toneles del combustible, hubo la primera explosión justo debajo de los baños.

CONTINUARÁ...🍀

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