CUENTO 2. Hermanos sin sangre. Capítulo 3.
Cuando me enteré de la muerte de mi madre por parte de una de mis hijas, ya que ninguno de los "hermanitos" se dignó avisarme, yo no estaba en condiciones de comprar un pasaje para ir a su sepelio, pero mis hijas me consiguieron un boleto por 20 días para cumplir con ése deber de hija; aunque ahora mirando atrás y sopesando todo lo que tuve que pasar, creo que hubiera sido mejor no haber ido.
Mis hermanos varones talvéz se pusieron de acuerdo para engañarme, perjudicarme y arruinarme, ya que organizaron una reunión donde me convencieron para que pospusiera mi viaje de regreso a Venezuela prometiéndome pagar la multa que la línea aérea cobra cuando uno no viaja en la fecha indicada, con el cuento que "me necesitaban" y realmente lo que querían era desentenderse del cuidado y atención que requería mi anciano padre.
Pero no intuí su mala fe porque no cumplieron sus promesas. La multa nunca la llegaron a pagar y el departamento que debió ser oasis de paz de mi padre acompañado de sus 5 hijos, ha representado la desunión definitiva de todos pues los acontecimientos que leerán a continuación terminó también con la vida de mi querido padre.
CONTINUARÁ...
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