CUENTO 7. Mis Visitas por Colombia. Capítulo 2°.

 CUENTO  7
MIS VISITAS POR COLOMBIA 
CAPÍTULO 2°


En otra de mis visitas, corría el año 1983 y ya mi matrimonio se estaba derrumbando, así que decidí irme a Ecuador a pesar de tener 5 meses de  mi último embarazo y despejar mi mente de tanta discusión y malos tratos.  Hice el viaje un trayecto por vía terrestre y otro por vía aérea.  Nuevamente no podía faltar una anécdota en éste viaje.

El trayecto en carro fue terrible porque la carretera entre Cúcuta y Bucaramanga está repleta de curvas, una detrás de otra y me mareé tanto que le vomité encima a mi compañero  de viaje que iba con un traje muy elegante. Sorpresivamente él no se enfadó tanto como el chofer del vehículo donde viajaba, que hasta me pidió  que le pagara la limpieza del carro.

Todo ésto lo olvidé cuando iba a tomar el avión hacia Quito y me quedé boquiabierta admirando el aeropuerto de Bucaramanga en lo alto de una montaña.  Es un aeropuerto único y espectacular.

Volví a visitar Colombia el año 87, ésta ocasión iba con mis dos primeras hijas a celebrar su primera comunión en Ecuador.  Llegamos a Pasto campiña colombiana donde tiritábamos de frío.  Pasamos la frontera hacia Quito, en el trayecto paramos en San Gabriel, terruño natal de mi padre donde el frío nos calaba aún más los huesos.

Repetí mis visitas por Colombia tres ocasiones más viajando en autobús, entre los años 2001 y 2017.  Pasamos por dos ciudades hermosas pero peligrosas: Medellín y Barranquilla. Lugares famosos, cuna de cantantes, pero lamentablemente hoy en día sacudida por el narcotráfico y la inseguridad.  Ciudades modernas, con hermosos edificios y ciudadelas enormes.

Colombia es un país extenso, el segundo más grande de Sudamérica después de Brasil, pero la guerrilla y el narcotráfico han sumido a ésta nación en la superinflación y oportunismo.  Los venezolanos aún en peor situación emigran hacia allá, sólo para contribuir con la escalada de la producción de droga, donde hasta niños van a trabajar la tierra prodigiosa, para enriquecer  unos pocos traficantes multimillonarios en el negocio más rentable y criminal de todos.

La frontera colombo-venezolana hoy cerrada para la libre circulación de vehículos, obliga a los venezolanos a pasar por las "trochas" ( lugar empedrado debajo de los puentes) para evitar el decomiso de alimentos y productos de primera necesidad, para que los guardias chavistas de emigración  no se queden con el sustento que llevan a sus familias.   Todo éste flujo de gente desesperada saliendo y entrando hacia Colombia, situación creada por un régimen dictatorial  que por intereses y desacuerdos políticos están beneficiando a los narcos y sumiendo al pueblo en la más absoluta pobreza.

Ahora existen una especie de campos de concentración donde llegan familias enteras venezolanas a trabajar en los campos colombianos más que todo en la recolección de la hoja  de coca, y ésto me lo contó una niña de 12 años que realizaba éste trabajo junto a sus familiares. 

Qué lástima que la tierra productiva que posee éste gran país vecino, no sea utilizada para la siembra de alimentos saludables,  sino para producir drogas tóxicas que un día matarán a la población joven que son el futuro de cualquier país.


🌇F   I   N🌇


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